Cuasi

Lo primero que hice al legar a Paris, fue ir a la isla de la Cite, y visitar la catedral de Notre Dame, la cual es muy conocida por la leyenda de Cuasimodo, o la versión del ratón, el Jorobado de Notre Dame. La catedral es impresionante, con una arquitectura gótica impecable. Cada diminuta parte donde quieras apuntar los ojos es perfecta. Cada escultura es diferente a la anterior, y no hay una sola, esta repleto. Las puertas son de madera tallada, y en cada sector hay una imagen diferente que cuenta una historia particular.
Yo no soy religiosa, pero la verdad que este lugar es impresionante, como muchas otras catedrales y capillas que fui a ver. Por dentro es muy grande con el techo altísimo, y tiene unos cristales que con la luz del sol brillan en miles de colores. Todo el empapelado es original, y tan antiguo que te produce cierta sensasión.
Para entrar no es ningún secreto, pero para subir a los "balcones", tenes que pagar y hacer cola. A mi me tocó hacer una hora y media para subir mas de 400 escalones de escalera caracol de hace cientos de años, por lo tanto están bastantes desgastadas. Pero la vista desde arriba en hermosa, y podes ver la cuidad desde el centro, hacia todas las direcciones, con el río Sena rodeando la isla.